Con Messi convaleciente de un gripe observando atentamente desde el banquillo, Cesc se disfrazó del 'crack' de Rosario para rendirle una especie de homenaje en la primera mitad y encarrilar la victoria del Barcelona ante Osasuna, que el propio Messi completaría, con otros dos tantos, en la última media hora.
Partiendo de esa posición de falso '9' que tanto le gusta a la 'Pulga', cayendo a la banda, bajando a recibir entre líneas o permutando funciones con sus compañeros de ataque, Fàbregas puso en jaque al conjunto navarro, al que fulminó con dos zarpazos en apenas 18 minutos.
Dos grandes definiciones del de Arenys de Mar -la segunda, una espectacular vaselina sobre la salida de Riesgo- acabaron con la resistencia de un Osasuna muy serio y ordenado hasta que el Barça abrió la lata.
Ambos goles llegaron tras sendas asistencias de Xavi, genialmente lúcido, magistralmente clarividente, imperial una vez más la hora de marcar los tiempos y los espacios.
El que ha sido recientemente nombrado mejor constructor de juego del mundo por cuarto año consecutivo, pudo ampliar la cuenta en esta primera parte. Como Pedro, Alves, Thiago o hasta Puyol, a quien un error de la zaga rojilla dejó solo frente a Riesgo.
De hecho, a Osasuna, invadido por el desconcierto tras el 2-0, le pudieron caer media docena antes de llegar al descanso. Mendilibar, que hace dos meses encajó del Barça ocho en Liga, ya advirtió en la víspera que eliminar a los de Guardiola de la Copa era misión imposible.
Jugando como lo hizo su equipo en la primera mitad seguramente tenía razón. Pero los navarros mejoraron tras la reanudación. Salieron a presionar más arriba, estiraron el campo y, aunque sin poner en aprietos a Pinto, lograron llegar con cierto peligro al área azulgrana, gracias a la velocidad de un insistente Cejudo.
El Barça se había atascado en ataque y Guardiola llamó a Messi para sustituir a Pedro y jugar la última media hora. Hasta el mismísimo Cesc, el 'falso Messi' de la noche, dio un paso atrás para ceder todo el protagonismo el '10' del Barça.
Casi en el primer balón que tocó, el astro argentino -horas antes aquejado de un proceso febril- trazó una de sus carreras eléctricas y zigzagueantes, tiró la pared con Alves y cruzó demasiado sobre la salida de Riesgo. El Camp Nou casi se vino abajo.
Minutos antes, el árbitro había pasado por alto un penalti sobre Cuenca, y poco después el tobillo de Cejudo, el atacante más activo de los visitantes, dijo basta y tuvo que ser sustituido por Lamah.
Messi cabecearía el tercero a falta de veinte minutos para el final y haría el cuarto en el tiempo añadido tras rematar la tercer asistencia de un magistral Xavi. Un disparo desviado de Lamah y un inocente falta lanzada por Nekounam fueron los últimos cartuchos visitantes.
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