El Atlético de Madrid logró el pase a la fina de la Europa League, tras vencer al Valencia en Mestalla (0-1) y por un computo global favorable de 5-2, después de un partido en el que los locales empezaron muy fuertes pero sin aprovechar sus ocasiones de gol y en el que los madrileños mandaron tras el tanto de Adrián.
Al margen del dominio del Valencia en los 45 minutos del partido, en el cómputo global el Atlético fue mejor que un Valencia apático y desbordado en la ida y que no supo aprovechar sus opciones en la vuelta.
El partido tuvo una intensidad tremenda desde el principio. El Valencia, sabedor de que tenía que protagonizar una gesta si quería estar en final, salió a darlo todo, si bien se encontró con un Atlético con las mismas revoluciones y con la serenidad que le aportaba el 4-2 de la ida.
De hecho, en los primeros compases del duelo el Atlético estuvo ligeramente mejor que un Valencia que, progresivamente, se empezó a hacer con el mando del partido, con más llegada que su rival, que apenas se acercaba por las inmediaciones del brasileño Diego Alves.
Aunque las ocasiones de gol del Valencia no fueron en el inicio muy claras, en el minuto 22 dispuso de una doble oportunidad de batir a Courtois en una volea de Feghouli que tocó Jonas, despejó el guardameta belga y el brasileño volvió a rematar para encontrarse de nuevo con el portero atlético.
Superado el ecuador del primer tiempo, el Valencia se hizo dueño de la situación, pero el Atlético, bien posicionado, aguantaba la intensidad y el dominio abrumador valencianista, consciente de que su mejor aliado era el transcurrir de los minutos unido a su ventaja de la ida.
Así, hasta el minuto 40 no llegó la primera llegada con opción de gol del Atlético, pero Diego Alves salió con rapidez para evitar que el colombiano Falcao rematase un pase de Turan un minuto después de que Courtois despejase un disparo de Canales.
Precisamente en los últimos minutos del primer tiempo el Atlético tuvo una ligera mejoría, aunque la última opción para poder abrir el marcador fue para Soldado, que no llegó en boca de gol a un pase de Jordi Alba.
En la segunda parte cambió el guión del encuentro, con el Atético más entonado y al que la entrada de Gabi le dio más consistencia a su centro del campo, mientras que el Valencia perdió la velocidad y el empuje que le llevó a dominar los primeros 45 minutos.
La lesión de Canales en el minuto 59 fue el principio del fin para el Valencia. Acto seguido llegó el gol del Atlético. Una pérdida de balón de Parejo, fue aprovechada por Diego, quien centró un balón para que Adrián controlase a la perfección con el pecho y cruzase el balón con un potente disparo a la escuadra lejos del alcance de Alves.
Si la empresa ya era difícil para el Valencia, en ese momento se convirtió prácticamente en imposible. El gol dio temple al Atlético e inundó de dudas al Valencia, que poco tenía que ver con el de la primera parte y ahora veía como el partido estaba más cerca de un segundo gol visitante que del empate.
La tensión de partido derivó en una tangana en la que Tiago acabó expulsado y los valencianistas Soldado y Jordi Alba con tarjeta amarilla. El origen del conflicto fue una acción en el área visitante en la que el árbitro señaló penal por mano de Tiago cuando realmente la mano fue del valencianista Tino Costa. El árbitro rectificó y no señaló penal, pero con la importante pelea previa.
En la recta final del partido el Atlético se dedicó a controlar las tímidas embestidas de un rival entregado y que no supo aprovechar las opciones que tuvo de engancharse a la eliminatoria en el primer tiempo, ya que en la segunda parte el partido se desarrolló como quería el conjunto de Diego Simeone.
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