La crisis que desataron la derrota en el clásico de Avellaneda frente a Independiente (4-1) y el escándalo de Teófilo Gutiérrez, que primero fue expulsado y luego se fue a las manos con el capitán del equipo Sebastián Saja y desenfundó un arma de juguete en pleno camerino para intimidar al arquero, sacudió al club, pero en últimas los intereses económicos terminaron pesando.
Luis Zubeldía fue presentado este lunes como nuevo entrenador del equipo después de que el cuerpo técnico que comandaba Alfio Basile se despidiera del plantel, y en la presentación el presidente Gastón Cogorno y el secretario técnico Roberto Ayala le confirmaron a la plantilla que el colombiano, quien no fue ni siquiera al entrenamiento, quedaría marginado de la institución.
Sin embargo Teófilo tiene contrato vigente y por eso el club buscó un arreglo que no encontró ya que si le rescindía el contrato perdería una altísima inversión, y por eso Cogorno terminó buscando una salida salomónica: para evitar que la presencia de Gutiérrez afecte el nuevo proceso de Zubeldía, el jugado no volverá a actuar con el plantel principal en este semestre, pero para impedir que pierda forma y ritmo, se le enviará a un selectivo especial en el que tendrá un entrenador, un preparador físico y un psicólogo.
El objetivo, claro, es venderlo o darle una salida que le permita a Racing recibir un dinero importante. Ante esto,la primera opción que aparece es que refuerce a Lanúspara los octavos de final de la Copa Libertadores. Esta salida no sólo mantendría en competencia al jugador, sino que le permitiría al club cobrar un préstamo y mostrar a su díscola estrella en una gran vitrina.
Lo único cierto es que si no se concreta el préstamo o una salida inmediata a otro club, Teófilo Gutiérrez terminará el semestre entrenando en solitario y alejado de una institución en la que fue ángel goleador y demonio polémico.
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