¿Por qué te has abandonado?
Brasil, que puedo decir yo, un
simple aficionado al futbol de aquel espectáculo que has brindado al mundo tras
bambalinas y colores, donde al unisonó el mundo festejaba la fiesta más grande
en el país carnaval, y el futbol se hacía a sol y sombra desde la misma música
que regodea tus playas y el espíritu de tu pueblo, pero a veces el espectáculo
más asombroso resulta siendo el más inesperado, tan inesperado como un cabezazo
a un rival en el pecho, una mano con hambre de gol y a la vez fue el comienzo
de un pincelazo que dejó atrás a cinco jugadores, o tan inesperado como un gol para
tomar la ventaja en el minuto 79 en la tierra más hostil que le dio espacio al
silencio. Yo he tenido la suerte (buena o mala) de haber visto junto a millones
de espectadores aquel partido, ese que
solo puede oscurecer la memoria de un tal 16 de julio del 50, y después de
haber apagado el televisor después de ver a mis paisanos celebrar tu caída por
la sed de venganza, solo pensé, y pensé en tantas cosas que el futbol en si no
puede abarcar, y al tiempo es la explicación más adecuada de este momento, tu
momento.
Ya sea por algunas melodías que
hablan de un Brasil que le dice a todo el mundo que es feliz, mientras los
escombros se hacen espacio bajo la cortina, o por una realidad no muy lejana de
esas viejas canciones, hoy es cuando quiero preguntarte Brasil, ¿por qué te has
abandonado? Mira a esos hombres y mujeres, ellos portaban los colores de tu
tierra por la razón de un júbilo, de una fiesta anticipada que haría posible
disfrazar los dolores y necesidades que los consume. Ellos, quienes aceptaron
este espectáculo fueron amables contigo, porque permitieron que el futbol se
convirtiera en un aliciente de esas dolencias con tal de que la fiesta se
quedara entre ellos, y hubiese razón de sentir orgullo de seguir siendo los más
grandes. No creo que hayas pensado en ellos, cuando tomaste aquellos vestigios
y los convertiste en aparente oro, y el
brillo solo fue un reflejo de lo que todos queríamos ver. Dime ahora si ha
valido la pena que este mundial se haya convertido en el más interesante en
mucho tiempo cuando observas los ojos de tu gente, la que estuvo de acuerdo
contigo y obedeció en pos del júbilo, o de aquellos ojos desafiantes que jamás
se comieron entero el balón, y pedían justicia, cordura y clemencia para su
gente.
Dirás que el tema es futbol,
porque es el tema actual y el más relevante de estos días, bien, hablemos de
fútbol. Cuéntame sobre la razón que provocó un estilo táctico que te hizo
reconocible en todo el mundo, como una selección que trata bien a la pelotita y
que en la derrota podan deslumbrar más que su rival, y lo curioso es que se
consolido después de una crisis originada por una recha que no vale ya la pena
recordar, porque esta tatuada en tu piel. Hubo una Brasil del 58 que dio al
mundo una camada de jugadores fabulosos entre ellos un pelao que tarde o
temprano se podría consagrar como “el más grande” como uno que tenía “problemas”
en sus articulaciones, pero su enganche hacia enloquecer a los rivales, 1958, 1962,
1970 una buena época, muy buen futbol, pero todo empezó a cambiar poco a poco,
y todo porque una derrota con una escuadra con el juego más hermoso, con las
mejores coreografías y las más gloriosas poesías hechas tacones no pudieron
alzarse con la copa, permitiste que cambiara lentamente la mentalidad de tu
juego porque te acostumbraste a la victoria, habían buenos jugadores en las
épocas posteriores, las copas fueron ganadas, pero el daño ya estaba hecho.
Dentro de tu sistema, el juego bonito fue una constante, pero los equipos
emblemas se daban el gusto de rechazar jugadores por no ser físicamente acordes
a tus sagradas exigencias, pero con el tiempo demostraron ser potenciales y los
repatriaste a tiempo para no fortalecer otras escuadrar y mostrar al mundo lo
que Brasil “produce” y a su vez los utilizaste para poder así agradar tu
elevado ego, con el consentimiento de ellos. Ahora que has dejado a un lado el
estilo sobre el resultado, te desdibujas sobre un mar de incertidumbres, que
navegas con un esfuerzo en vano por anclarte a un seguro aclimatado por la moda
en el juego, donde los poetas son los primeros en morir cuando la batalla
comienza, has preferido hacerte al lado que nadie te esperaba y aniquilarlos con
desdén bajo la pobre hipocresía que se desliza de tu cara. Has comprobado que todo tiene su precio,
desde aquellas directivas que han decidido dejar tu nombre al lado de enormes
montañas de dinero y usando el deporte como un escaparate para esconderse y
saludar, hasta el estilo tosco que ahora hace parte de tu juego.
Pero en este mundial han ocurrido
muchas vueltas, que han terminado cobrando las deudas desde temprano, desde el
futbol y para el futbol, ya sea selecciones que han liderado grupos mortíferos
por la cuales nadie daba un centavo, hasta las victorias que solo tenían una
marca desde años, por heridas y humillaciones pasadas, y ahora, la selección
más esperada ha sido destrozada por la carga tan abultada que ha tenido en su
espalda, y desde la causa y el efecto se
ha hecho cobrar. La casa paga los platos, y se ha vuelto tierra de nadie,
porque solo se proclaman aquellos que solo has querido ver bajo tus pies, esta
vez nada más que tu odiado rival y tu más temido rival se disputaran un titulo
ante los ojos incrédulos de un pueblo que creyó en ti. Ahora dime Brasil, ¿Por
qué te has abandonado?
por: Luis Ortega
@Lainarox
Esteban Tavera
@FtbolDeporteRey
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