Dos balones al poste, ambos por parte de Lionel Messi, uno de ellos a causa de un penal fallado, jugando contra 10 desde el minuto 37 y ejerciendo de dominador, Barcelona no pudo clasificarse para la final de la Champions League y sucumbió ante el muro impuesto por el Chelsea (2-2), pese a ser mejor en los dos partidos.
El gesto de desesperación de Messi, quien abatido vio cómo Fernando Torres cerraba la eliminatoria en el minuto 92, es la imagen de la impotencia del Barcelona, que tenía claro cómo jugar, pero que no lo acompañó la suerte.
Se adelantó con un 2-0 en el minuto 44, pero cometió dos errores en el tiempo añadido del primer tiempo y en el tiempo extra del segundo que lo acabaron por hundir. Encajó dos tantos, uno de Ramires, y otro de Torres que sepultaron sus opciones.
No fue justo el fútbol con el Barça porque el equipo de Pep Guardiola es el que más expuso y lo tenía todo de cara con el 2-0 y un rival que jugó desde el minuto 37 con 10 jugadores por una expulsión de John Terry.
En la hora de los jugadores, como había reclamado Guardiola en la víspera, su equipo respondió y lo tuvo muy cerca. Especialmente cuando en el inicio del segundo tiempo, Messi tuvo un penal para marcar el tercer gol y que el Camp Nou pudiera respirar, pero Leo, el mejor jugador del mundo, lo tiró al travesaño y todo empezó a acabarse para su equipo.
"Es la hora de los jugadores", dijo Guardiola en la víspera y sus futbolistas lo entendieron desde el túnel de vestuarios y en partidos con agitación máxima, como éste, el Barça tiene a su especialista: el chileno Alexis Sánchez.
Especialmente en el primer tiempo, el atacante fue fundamental para el juego de Messi. Fijó a la pareja de centrales y permitió los movimientos del argentino. Guardiola rodeó a su estrella con Cesc, intentó abrir el campo con Cuenca y le dio galones a Piqué en el centro de defensa.
El guión parecía claro: un Barça volcado, un Chelsea escondido en la cueva, en poco tiempo se vino abajo. Se lesionó Cahill en el minuto 12 y di Matteo perdió al central sustituto de su central titular.
Que el partido no tenía nada que ver con el jugado la semana pasada, ni tampoco con el disputado 72 horas se vio desde el inicio, aunque al final de nada le sirvió a los azulgrana. El Barça tardó tres minutos, una combinación dentro del área entre Alexis y Messi, para generar la primera ocasión de peligro.
El Chelsea se quedó sin uno de sus dos centrales y el Barça sin Piqué, que se retiró conmocionado tras un choque con Valdés. 18 minutos de partido, dos cambios, y continuos cambios de planes. De fútbol, poco.
Ivanovic pasó a jugar de central y el Barça vio más huecos. Ahora con Messi e Iniesta, en una doble ocasión salvada por Cech y Terry. Cesc y Mascherano fueron los siguientes y Drogba, que no acertó a la primera, tuvo su oportunidad.
La entrada de Alves por Piqué situó a Mascherano como central. Los azulgrana, pacientes, no desesperaron. El 1-0 llegó a los 35. Un saque de esquina, un rechazo, un buen control de Alves y un centro desde la izquierda de Cuenca que remató Busquets.
Dos minutos después, el mundo parecía que se le iba a caer encima a los londinenses. Una agresión de Terry sobre Alexis (m.37) envió al capitán de los blues al vestuario. El escenario era ideal para los catalanes.
Descolocados los ingleses, en una acción de Alexis y una combinación con Messi, Iniesta puso el 2-0 en el minuto 44. La ventaja en la eliminatoria le duró al Barça dos minutos. Hecho lo más difícil, un error de Mascherano volvió a penalizar a su equipo.
En el tiempo añadido del primer tiempo, Lampard sirvió a Ramires y el brasileño definió con exquisitez (2-1). Con 45 minutos por jugarse, el Barça estaba por debajo en la eliminatoria, pero el rival jugaba con uno menos.
Cuando en el inicio del segundo tiempo Messi, que no ha marcado ni un solo gol en su carrera ante Chelsa, falló un penal (m.49), el Camp Nou pensó lo peor.
Sin con 11 el Chelsea jugó a la defensiva, con uno menos y la eliminatoria favorable, reculó aún más. Se puso a prueba la paciencia de los de Guardiola, quienes tocaron y tocaron, abrieron el campo, buscaron las bandas con Alves y Cuenca y llegaron las ocasiones.
Iniesta, Alexis y Cuenca. El partido era un ataque continuado, pero el gol no llegaba. Tello entró por Cuenca y el Barça buscó aire fresco por la banda. Salió Keita, Busquets remató alto (m.78) y la horizontalidad del Barça se transformó en verticalidad absoluta en los minutos finales.
Marcó Alexis en el minuto 81, anulado por un fuera de juego previo de Alves, remató Messi al palo en el minuto 83, y el Camp Nou empezó a comprender que la eliminatoria se iba a escapar. Un tanto de Fernando Torres, en la contra, enterró todas las opciones del Barça.
No estará el Barça en Múnich, no pudo clasificarse para su tercera final en cuatro años ni defender el título y no lo consiguió a pesar de que le sobraron merecimientos, en Londres y hoy.
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