Seis minutos bastaron a la República Checa para encarrilar el partido correspondiente a la segunda ronda de la Eurocopa, frente a Grecia, disputado hoy en el Estadio Municipal de Breslavia.
Pilar y Jiracek pusieron por delante a los checos poco después del silbato inicial, algo inimaginable después de la debacle sufrida frente a Rusia, y que certificó que los centroeuropeos siguen con vida y optarán al pase a cuartos de final.
Se notó la ausencia de los dos centrales griegos habituales, tras la doble amonestación de Sokratis Papastathopoulos y la lesión de Avraam Papadopoulos durante el encuentro inaugural frente a Polonia.
La victoria de los de Michal Bilek ha servido también para quitarse la espina clavada desde en la Eurocopa de Portugal (2004), cuando cayeron en semifinales frente a los helenos, y mostraron que Grecia también puede encajar goles de los checos.
Con una defensa al hombre y no en zona, y gracias a que Sivok ha vuelto a cobrar protagonismo en el centro de la zaga, y ha contado con un sólido socio en el lateral izquierdo David Limbersky, del Viktoria Plzen, el equipo bordó un buen juego en la primera parte.
Los griegos sólo se acercaron al área de Petr Cech en el minuto 8, y casi todas las ocasiones de que gozaron en ataque estuvieron precedidas por fuera de juego, sobre todo a cargo de Salpiagidis.
También fue anulado por posición no reglamentaria el gol griego marcado en el minuto 40, que podía haber reducido distancias, pero que se quedó en toque de atención para los checos.
El constructor del juego checo, Tomas Rosicky (Arsenal), no pudo saltar al campo en la segunda mitad por una complicación física, y lo hizo en su lugar Daniel Kolar, otro jugador del Viktoria Plzen.
En la reanudación, en el minuto 53, los griegos lograron acortar distancias, gracias a un torpe error de Petr Cech que no se entendió con Sivok, lo que aprovechó Gekas.
Tras el tanto, el combinado preparado por Fernando Santos logró meter el miedo en el cuerpo a la escuadra eslava, que le costó salir con la pelota controlada.
Aprovecharon los griegos para estirarse y gozaron de algunas ocasiones, sobre todo aprovechando balones aéreos, donde Samaras demostró su peligrosidad.
Pero aún así los de Bilek lograron mantener la distancia en el marcador y aseguraron sus primeros tres puntos del torneo.
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