Ricardo Izecson dos Santos Leite "Kaká" (Gama, DF, 22 de abril de 1982) fue el nombre rimbombante que el 9 de junio de 2009 brilló en la página web oficial del Real Madrid, que ese día anunció el primer fichaje estelar de la segunda era de Florentino Pérez. Tres años, un mes y 16 días después, parece que la marcha del brasileño del club blanco es inminente.
Los hechos hablan por sí solos. En las últimas 24 horas, la forma de actuar del club blanco y del jugador dan indicios de que la puerta de salida está abierta para el que fuera durante unos días el segundo fichaje más caro de la historia del Real Madrid (pagó 65 millones de euros al Milán) por detrás de Zinedine Zidane. Después, llegaría Cristiano Ronaldo para pulverizar ambas marcas con sus 94 millones de euros.
Primero, el director general del Real Madrid, José Ángel Sánchez, habló largo y tendido con José Mourinho hace dos días durante el entrenamiento que pudo presenciar integro la prensa. La "cabeza invisible" del conjunto blanco informaría al técnico portugués del estado de los fichajes y de las bajas. Aparte de Luka Módric, Kaká sería uno de los protagonistas de la charla.
Al día siguiente, las oficinas del estadio Santiago Bernabéu fueron el escenario de una reunión entre Mourinho, Sánchez y Kaká. En ella, durante 45 minutos, el brasileño, que pudo llegar a la cita con una oferta bajo el brazo, escuchó, tres años después de fichar por el Madrid, que era prescindible.
La estrella que apenas brilló en la escuadra madridista protagonizó hoy el último indicio que demuestra que saldrá del club. Por la mañana, en la web merengue, apareció en una lista de convocados para el amistoso que jugará el Real Madrid en Oviedo. Algo más de veinte minutos después, fue borrado de ella. El equipo viajó a Asturias sin Kaká, que se quedó en Madrid resolviendo su futuro.
Han sido tres pasos rápidos, en menos de 48 horas, que podrían conducir hacía un final no muy lejano. Florentino Pérez espera conseguir una suma aceptable de dinero para desatascar el fichaje de Luka Módric, y, ya de paso, ahorrarse la ficha de nueve millones de euros que cobra Kaká por temporada.
Si finalmente abandona el club, uno de los futbolistas más deseados por el madridismo (Ramón Calderón lo incluyó como reclamo en unas elecciones) habrá dejado una huella que se borrará con el paso del tiempo. Su legado no será demasiado recordado. La relación calidad-precio, en este caso, no ha funcionado.
En sus tres campañas vestido de blanco, Kaká participó en 89 partidos entre Liga, Copa y Liga de Campeones. En ellos, firmó 24 goles y 25 asistencias. Un promedio de 0,26 tantos por encuentro y casi la misma cifra en pases. Muchos de ellos, en partidos poco trascendentes.
Y es que las lesiones han sido uno de sus lastres en el tiempo que lleva en el Real Madrid. Los problemas en sus rodillas, sobre todo en la izquierda, fueron amargos e incluso llegaron a afectarle en lo psicológico. "No era una lesión física, también mental", dijo una vez recuperado de su última dolencia.
Meses después de aquellas declaraciones, inició la actual pretemporada sin problemas físicos y con opciones de ganarse un puesto. Sin embargo, parece que no tendrá tiempo de intentar mostrar su mejor fútbol a las órdenes de José Mourinho. Es probable que el principio del fin de Kaká en el Real Madrid haya comenzado. EFE
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